Hay momentos en el
que te preguntas si la vida que llevas es la que realmente imaginabas o si es
la que alguna vez quisiste tener…
Día a día tratamos de dar lo mejor de uno mismo siguiendo un
modelo social que para todos es más fácil seguir que luchar por lo que uno
quiere realmente.
Es irónica la vida, nacemos y tratan de prepararnos para ser
exitosos y felices, sin embargo, para eso tenemos que estudiar gran parte de
nuestras vidas para así poder conseguir un mejor empleo y todos lamentablemente
caímos en el paradigma de; vivimos por el trabajo antes de trabajar para vivir,
todo para poder ganar un poco más de dinero y así adquirir un mejor status
para luego encajar en esta sociedad.
Una sociedad que valora lo material, una
sociedad individualista, una sociedad que está llena de prejuicios….
Más exitoso y feliz
sería; quién tiene una gran casa, un gran empleo, el auto del año, la familia
perfecta pero ¿eres realmente feliz? ¿Te sientes Libre? ¿Haces lo que realmente
amas, lo que te apasiona? ¿vives por ti o para los demás?
En general es parte de la vida y del proceso que uno va pasando,
a los 15 años quizás no se tiene nada claro y es ahí cuando uno disfruta la
vida en todo sentido sin ningún tipo de límites, no se tiene un grado de preocupación o de responsabilidad y sólo estas
abierto a lo nuevo , a ser tú mismo haciendo lo que realmente te gusta o
quieres con el proceso de experimentar va formándose tú camino con altos y
bajos y cuando estás en el límite del abismo tu mente ha madurado y ahí es
cuándo te das cuenta que todo pasa por algún motivo, que nada es por casualidad
si no por causalidad.
Que con los errores uno aprende y que las experiencias te
ayudan a ser una mejor persona y que al final de todo lo que tú tienes de vida,
es lo que has elegido de ella.
En algún momento soñé con ser bailarina y por cosas y malas
decisiones no lo fui, al pasar el tiempo me dieron la bendición de ser madre y ahí
es cuando uno ve el mundo con otros ojos y como dice el dicho:
“Lo esencial es invisible a los ojos” (El Principito)
¿Y quién dice ahora que no lo puedo lograr? Ahora con mayor
razón me sobra las ganas de vivir, de luchar, de disfrutar cada día, cada instante,
cada segundo, con lo que realmente me importa y amo “Mi Familia” , y en cuanto a Mí, a desarrollarme
como mujer siento que no tengo impedimento, que puedo conseguir y lograr lo que
me apasiona que lo mío son las comunicaciones y la interacción con las otras
personas sin dudar es lo que quiero hacer.
En conclusión, uno tiene el poder de cambiar su destino, que
si uno quiere todo se puede, que todo está en nuestras manos y que se debe
luchar por lo que amamos y queremos, a pesar de estar al otro lado de mundo.
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